Casa de estilo inglés totalmente reformada, lista para entrar a vivir, con piscina privada, 160 m² construidos más un porche añadido de 25 m², distribuidos en cuatro plantas de aproximadamente 40 m² cada una. Orientada al sur y con fachada a dos calles, con espacios amplios, luminosos y bien conectados tanto interior como exteriormente.
En planta baja se accede a la vivienda a través de un porche acristalado. Desde allí se llega al salón principal, que cuenta con cuatro ventanales orientados al sur, integrando la cocina con comedor y salida directa al porche con un comedor-sala de estar de 24 m² con chimenea. Desde este espacio se accede a una terraza de 130 m² con zona de sofás, tumbonas, césped artificial y piscina elevada con escalones de acceso. Esta planta también dispone de un baño completo con ducha de diseño y una sala de estar que ocupa el espacio del antiguo garaje.
La primera planta está dedicada íntegramente a la habitación principal tipo suite, que incluye armarios empotrados y un baño completo de 9 m² con dos lavamanos y bañera.
La planta superior está configurada como un espacio diáfano de 25 m², actualmente destinado a dormitorio, que ofrece la posibilidad de dividirse en dos habitaciones. Cuenta con un baño completo con ducha, vestidor y paredes de cristal que favorecen la entrada de luz natural y aislada del resto de la casa mediante paredes de cristal.
En la planta inferior se encuentra una zona multiusos de 40 m², equipada con cuarto de lavado y plancha, además de un aseo.
Los acabados y equipamientos de esta vivienda destacan por su calidad. Dispone de carpintería de aluminio con rotura de puente térmico y sistema oscilobatiente, puertas lacadas en blanco, suelos de parquet y porcelánico, escaleras interiores de mármol blanco con barandilla de cristal, calefacción a gas, aire acondicionado, cocina de gas con horno y microondas integrados, e iluminación nocturna en jardín.
Además, la vivienda cuenta con armarios empotrados en diversas estancias y una disposición pensada para la funcionalidad y el confort. La integración de los espacios exteriores con los interiores mediante ventanales y porches permite una transición fluida y aprovechamiento de la orientación sur.
Gracias a su estructura distribuida por plantas independientes, la casa ofrece versatilidad para familias, teletrabajo, zona de invitados o actividades complementarias, manteniendo siempre la privacidad entre zonas de día y noche.